Abuela

florA mi me parecía una mujer sumisa, pero llena de sabiduría.

Dejaba todo su ser para dártelo en cualquier momento.

Vivió renunciando lo que deseaba.

Vivió para otros y otras sin importar cuales eran sus edades.

Yo la veía sin verla.

Añoro lo que pude aprender de ella, y es ahora cuando la veo deseándola tener.

Que cadenas tan pesadas arrastraba.

Que de cadenas nos ha dejado arrastrando.

Su risa llenaba la habitación, no le importaba el aspecto de su dentadura.

No quería y lo hacía.

Decidió vivir resignada.

Decidió vivir fuera de su ser.

Se rodeó de gente a la que servir.

Se resignó a estar sola.

La muerte venía a visitarla, pero solo la acompañó cuando ella lo decidió.

Nunca nadie supo lo que sentía.

Quizás ni ella lo sabía ya.

Te veía sin verte, en cada canción que hablara de despedidas. Te veía en los ojos verdes y pelos blancos de cualquier mujer. En la sonrisa de tu hermana.

Te fuiste, dejando una semilla plantada en una tierra que creí infértil. Tendrías que ver que grande está la flor que me mostraste en sueños aquella noche. Espero que puedas olerla desde donde estás.

Pero ahora te veo.

Noto que quieres salir por mi garganta y por mis lagrimas, las que tu nunca tuviste.

Estás en la magia de un volcán, y en la esencia de nuestros corazones.

Mujer nido.

Mujer todo.

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